Al planear nuestros viajes nos ponemos como meta disfrutar de todo, de cada lugar, de cada esquina, de cada rinconcito, ya que esos recuerdos son los que quedan y al venir a la mente te sacan una sonrisa, un suspiro, una reflexion. También están esos sitios que cuando los recordás te traen un dejo de tristeza, pero también de aprendizaje . Te hacen ver que así como el ser humano puede dar vida, amar y construir, entre otras cosas, también tiene la capacidad de hacer las cosas más crueles como matar, odiar y destruir. Todo eso lo sentimos cuando destinamos un día para ir al campo de concentración de Dachau.
Estábamos parando en el hotel Regent, en Múnich al frente de la estación, esta ubicación era muy buena ya que la mayoría de los tours que hicimos salían de allí.
Llegar es fácil, de la Hauptbahnhof sale un tren hasta Dachau (S2) este tramo dura 30 o 35 minutos cuando bajas tomas el 724 o 726 en dirección a Saubachsiedlung por aproximadamente 5 minutos.
La entrada al campo es sin cargo de 9 a 17 hs . El campo lo podes recorrer solo, ya que desde que entras, vas pasando por distintos sectores que tienen carteles explicativos en ingles, que resulta muy práctico. También en la entrada podes alquilar un audioguia que también me parece muy útil. Mi recomendación es hacerlo con un guía, en internet hay distintas empresas que ofrecen ese servicio, nosotros lo hicimos con la gente de Sandemans. Si bien hay algunas excursiones guiadas que hicimos con ellos que podríamos haber obviado, ya que si la hacíamos por nuestro lado era lo mismo, en esta ocasión te los recomiendo ya que no solo te van contando toda la historia desde cómo se gestó esta locura sino que también te responden muchas dudas y consultas, que la verdad aunque habíamos leído mucha información sobre el tema, nos quedó más claro con las explicación de nuestro guía Pablo. La excursión duro medio día y costo € 24 c/u lo que incluía el transporte hasta la entrada.
El campo de concentración de Dachau se creó el 22 de marzo de 1933 y se mantuvo funcionando hasta el 29 de abril de 1945. Durante esos funestos 12 años pasaron por sus puertas más de 200.000 personas de las cuales alrededor de 41.500 perdieron la vida.
A diferencia de los otros campos, en un principio albergo a presos comunistas, socialdemócratas y otros sectores políticos que estaban en contra del modelo nazi. Con el paso del tiempo comenzaron a ingresar Testigos de Jehová, sacerdotes, diáconos y personas de diversas confesiones que se oponían a esta terrible ideología. Otros presos de este campo eran gitanos, homosexuales, y asociales (gente que ellos consideraban improductivos en lo social) Durante los primeros años los presos judíos eran relativamente pocos, pero después de 1937 la cantidad se incrementó enormemente.
Al ingresar al campo las escritura en la puerta ya te golpea duro “ ARBEIT MACHT FREI “ que significa el trabajo libera. Ni bien entras te encontras con el patio en donde dos veces por día se pasaba lista, no importaba las condiciones climáticas ni el estado de los presos, ellos debían quedarse de pie aproximadamente 1 hora y en ocasiones ya sea por castigo o porque a los nazis se les daba la gana debían quedarse por muchas horas más.
En nuestro recorrido primero pasamos por el complejo de Intendencia que es donde estaban las oficinas de admisión, la barbería, el guardarropa entre otras cosas. Allí despojaban al prisionero de todo, desde su ropa, cabellos hasta de su identidad y dignidad, a partir de ese momento pasaban a ser un número. Hoy en día esas salas son testimonio del terror y del dolor que allí se vivió. Hay carteles, objetos, fotos, carretillas, elementos de torturas, uniformes e historias que duelen. Las torturas no eran solo físicas, los nazis infligían una tortura psicológica, que pienso que era peor que la física. Una de las torturas psicológicas era la siguiente, se le decía al preso que se lo iba a castigar por algo, pero ese castigo no se hacía en el momento, podían pasar días, semanas o meses para que se lo apliquen, por lo que la persona vivía todo ese tiempo aterrada porque no sabía cuándo el castigo se haría efectivo.
En este pabellón realizaban algunos de los fusilamientos.
En una de estas salas hay un cuadro, pintado por un preso judío, que me partió el corazón, el pinto el patio en donde se pasaba lista, lleno de prisioneros y encima de ellos una pirámide, con un ojo cerrado, representando que Dios no estaba mirando la barbarie que estaba pasando. Este dibujo es muestra del dolor y de la desesperanza que todos ellos sufrieron.
El campo contaba con 32 barracones en donde dormían hacinados los presos. Debido a las malas condiciones en que se encontraban, después de la guerra, se destruyeron pero hoy en día se reconstruyeron 2 para mostrarnos el grado de inhumanidad en que ellos vivían, estos cuentan con objetos originales como por ejemplo los inodoros, ubicados en los baños comunitarios. El lugar en donde estaban los otros 30, están marcados con piedras por lo que podes ver la dimensión que ocupaban.
En otros de los sectores se encontraba el bunker o calabozo que aunque al principio se utilizaba para encerrar a prisioneros que tenían algún trato especial de los nazis mas tarde se empezó a usar para hacer los experimentos mas crueles que uno se puede imaginar por ejemplo,de hipotermia, descompresión, prueba de medicamentos, antídotos etc. Hay crudas fotos que muestran algunos de estos brutales experimentos.
Al fondo del campo se encuentran los 5 monumentos religiosos que se levantaron para honrar a quienes lamentablemente pasaron por aqui. Estos monumentos son: Capilla de la Agonía de Cristo, Convento de Carmelitas de la Preciosísima Sangre, Iglesia evangélica de la reconciliación, Monumento conmemorativo judío y Capilla Ruso-Ortodoxa.
Para llegar a la zona de los memoriales hay que caminar por uno de los bordes del campo, allí entendimos porqué solo 1 de los 200.000 presos pudo escapar de allí (se dice que tuvo ayuda interna) ya que primero había una zanja de 2 o 3 metros, después un cerco de alambre de púas electrificado y atrás un muro de 4 metros donde estaban las torres de vigilancia, o sea era imposible intentar huir.
El sector más duro es la cámara de gas y los crematorios. Muchos de los presos desconocían la existencia de ellos ya que se utilizaba siempre a los mismos prisioneros para su función y cuando no daban mas, ya que imagino el dolor del alma que ellos debían soportar, eran enviados a morir allí y se elegía nuevos presos.
La visita al campo la terminamos frente al monumento al prisionero desconocido de Fritz Koelle debajo del cual se encuentra la siguiente frase ”PARA HONRAR A LOS MUERTOS, PARA ADVERTIR A LOS VIVOS” Allí nuestro guia termino haciendo una sentida conclusión después de la cual salimos en silencio sacando cada uno sus propias reflexiones. Salís no siendo el mismo. Salís con los ojos rojos y con un nudo en la garganta. Salís con un dolor en el alma. Salís deseando que esto nunca más se repita que estas atrocidades no vuelvan a pasar.
Aunque no es una visita grata, hoy el Museo Conmemorativo de Dachau, cumple la función de hacerle recordar a la humanidad de las locuras que somos capaces de hacer, como asi también citando el monumento, advierte a los vivos para que nunca mas se repita.
Por ese campo de concentración pasó Viktor Frankl, un psiquiatra que después escribió el libro «El hombre en busca de sentido» donde en la primera parte narra su experiencia y después hace reflexiones. Super recomendado.
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