Conocimos Barcelona en el 2015.
Fue la primera ciudad de Europa que decidimos visitar solos, es decir, sin una agencia de viajes. Nuestra idea era estar 4 días, pero Aerolíneas nos reprogramó el vuelo (sin consultarnos) y llegamos un día mas tarde de lo previsto, por lo que solamente estuvimos 3 días.
El hotel que elegimos se llamaba Acta Ink 606. Estaba en una zona un poco alejada del centro, pero cerca de la Sagrada Familia que planeamos visitar.
Aterrizamos en el Aeropuerto del Prat , donde tomamos el tren y metro hasta la estación Clot. En España es muy fácil manejarse con transporte público.
Lo primero que nos llamo la atención es que la mayoría de la gente hablaba catalán y los negocios o tiendas tenían escrito primero en catalán y después en español.
La torre AGBAR estába a pocas cuadras del hotel, y la usábamos como referencia para saber si estábamos en la dirección correcta. La primera noche salimos a caminar y después de pasar por el Arco del Triunfo, la plaza de Cataluña y dar un vistazo a la ciudad buscamos la torre AGBAR ya que era la indicación de que nuestro hotel estaba cerca. Sorpresivamente la perdimos de vista. Nos costó entender cómo pudo desaparecer de nuestros ojos una torre de 145 metros iluminada en colores. Después estar unos minutos desorientados la torre de forma “rara” volvió a aparecer. Más tarde nos explicaron que cada 15 minutos apagaban las luces para ahorrar energía. Eso resolvía el misterio. Según noticias que leímos más recientemente,nos enteramos que ya casi no las prenden , si es así,es una pena porque daba gusto verla iluminada.
Al día siguiente fuimos a visitar la Sagrada Familia. Las entradas las habíamos comprado por internet https://tickets.sagradafamilia.org . Los 29 euros incluyen la audioguía y el acceso a una de las torres. Nosotros elegimos la del nacimiento.